jueves, 27 de noviembre de 2014

RECUENTO SOBRE LAS RADIOS COMUNITARIAS EN MÉXICO



El tema de las radios comunitarias está relacionado con el ejercicio de los derechos humanos y la libertad de expresión. No es la búsqueda de protagonismo o enriquecimiento, ni mucho menos de la injerencia de “extraños” grupos o intereses.

Su historia se vincula con la reivindicación de sectores sociales, especialmente los que menos tienen, los más vulnerables, incluyendo a aquellos que, pese a tener una mejor situación económica, no están exentos de la discriminación y la violencia, tales como: las mujeres, los niños, los discapacitados, los homosexuales, por mencionar algunos.

Para la UNESCO, la función principal de esta forma de hacer radio es impulsar los procesos democráticos de manera local, diversificando los contenidos y el pluralismo, incluso el propio Banco Mundial establece, en sus notas para el desarrollo social, que son facilitadoras de información crítica, además de fomentar las voces y capacidades para el diálogo

La radio comunitarias en México y en Centro América fue caracterizada por la clandestinidad, debido al contexto autoritario en el que se desarrolló, por el control informativo que se vivió en los mandatos príistas.

La radio alternativa en nuestro país ha tenido muy pocas posibilidades de permanencia, sólo Radio Huayacocotla y Radio Teocelo, en el estado de Veracruz, han podido transmitir consecutivamente por 40 años, la última, la única emisora de perfil comunitario con permiso legal en nuestro país hasta 2003 En los años 80 y 90 el único referente cercano a la radio comunitaria en México fueron las radios indigenistas que opera la Comisión Nacional de Desarrollo para los Pueblos Indígenas. Hasta 2005 existían 25 radiodifusoras indigenistas ubicadas en diferentes regiones del país.

Así en el año 2000, después de 80 años de la radio en México y a 44 años de la legislación vigente de la radio y la televisión, el estado mexicano sólo otorgó 1 permiso para una radio comunitaria. La única respuesta del estado frente a las experiencias de medios comunitarios fue la persecución y el cierre de las emisoras.
Fuente: Josué García/Boca de Polén.org