jueves, 14 de enero de 2016

Embestida contra radios indígenas

Por: Freddy Espadas Sosa 

Las políticas neoliberales que dominan en la mayor parte del mundo contemporáneo han hecho de las leyes del mercado su dios omnipotente y han asumido como su encomienda principal la acérrima defensa de los intereses privados oligárquicos.

La política neoliberal, por tanto, le tiene una animadversión obsesiva a lo público, a lo comunitario, a todo lo que huela o suene a interés general o colectivo. En los últimos 30 años, estas políticas antipopulares se han enseñoreado en nuestro país y han significado la aplicación de un sinnúmero de medidas que han acrecentado la desigualdad y la exclusión social, en detrimento de las condiciones de vida de los sectores mayoritarios de la población.

Uno de los tantos ejemplos del impacto negativo que han tenido las políticas neoliberales sobre lo público, lo colectivo y lo comunitario ha sido la reforma al sector de telecomunicaciones mediante la cual se ha afianzado el predominio de los grandes consorcios radiofónicos y televisivos, restringiendo las posibilidades de desarrollo de las emisoras de carácter público, cultural, universitario e indígena.

Justamente han sido las radiodifusoras indígenas —tanto las que operan bajo la tutela de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), como las que funcionan por iniciativa de las propias comunidades— las que han quedado en condiciones de muy alta vulnerabilidad ante las políticas neoliberales implementadas por el bloque gobernante del PRIANRD.

Sin embargo, la vulnerabilidad de estas estaciones se ha convertido en un auténtico riesgo de desaparición ante los recortes presupuestales ordenados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y que se están aplicando por estos días en varias dependencias federales, entre ellas la CDI de la que depende el Sistema de Radios Culturales Indigenistas.

Ocurre que estos recortes consisten en el cese ilegal de decenas de trabajadores de confianza de la CDI en todo el país. Tan sólo en Oaxaca se han despedido a 40 trabajadores, en Yucatán se sabe que son 24 los cesados y en Quintana Roo el despido alcanzó a 12 empleados. Huelga decir que los trabajadores lanzados a la calle son expertos en la operación de los diversos programas que se implementan en las regiones interétnicas de México. Pero el aspecto que quiero enfatizar es que en el conjunto de los trabajadores indigenistas cesados ilegalmente se encuentran directivos, locutores y reporteros de las radios indígenas, verdaderos especialistas en el complejo campo de la comunicación intercultural.

Para el caso de la Península de Yucatán, en la emisora XEPET, La Voz de los mayas, que transmite desde Peto con una gran cobertura, fueron despedidos 5 expertos, quedando su operación en manos de apenas 4 personas. En XENKA, La Voz del gran pueblo, que transmite desde Felipe Carrillo Puerto en frecuencia modulada durante 24 horas, fueron despedidos 4 empleados, quedando bajo la conducción de tan sólo 4 personas.

Mención especial requiere la delegación estatal de la CDI en Yucatán, que ha sido convertida en un verdadero apéndice del PRI por el cacique vallisoletano Liborio Vidal Aguilar, actual diputado federal priista, quien colocó como titular de la misma a su sobrino Jesús Vidal Peniche. Huelga decir que en estos despidos ordenados por Hacienda no fueron tocados los parientes, recomendados y allegados colocados en la CDI por el tío “Libo” y su delegado-títere. Es el caso de Juan Kuyoc, Jesús Centeno, Alfredo Dzul y varios protegidos más, que devengan jugosos salarios. En cambio, fueron cesados numerosos especialistas con muchos años de experiencia en el desarrollo comunitario indígena, algunos de los cuales estaban a escaso tiempo de jubilarse.

Como puede colegirse, el gobierno federal ha lanzado una embestida frontal contra las radios indígenas y comunitarias, con la perversa intención de desmantelarlas por la vía de la inanición presupuestal, en clara violación a los derechos que con respecto a la comunicación le han sido reconocidos a los pueblos indígenas en la legislación internacional. Las respuestas a estas medidas que atentan contra la dignidad de los pueblos indígenas no se han hecho esperar. El comunicador maya Bernardo Caamal Itzá ha advertido que “estos recortes representan duros golpes a la expresión cultural de los pueblos originarios, que han enfrentado en la última década los peores momentos de crisis económica, política, social y ambiental”.

Seguramente los consejeros indígenas nacionales ante la CDI y los consejeros comunitarios de las radios indígenas se movilizarán para impugnar los recortes leoninos ordenados por el gobierno neoliberal de Enrique Peña Nieto.

Con estas desalentadoras noticias para los descendientes de nuestros abuelos les deseo a los caros lectores felices pascuas navideñas y un venturoso Año Nuevo 2016. ¡Felicidades!— Mérida, Yucatán. 

Fuente: Diario de Yucatán