jueves, 5 de diciembre de 2013

Realizadores indígenas cuentan el proceso de aprender a manejar una cámara cinematográfica

El manejo de una cámara, la filmación, edición y puesta en el aire de registros audiovisuales en las comunidades y el enorme desafío que la adquisición de este lenguaje implica para los pueblos indígenas se analizó en una mesa debate en el BAIN (Buenos Aires Indígena), un festival de cine temático.

Los expositores, Patricia Yallico, quechua de Ecuador, Nicolás Ipamo, chiquitano de la vecina Bolivia y Viyén Leiva, qom de la provincia del Chaco, repasaron experiencias que dejaron en evidencia los procesos bien diferentes que sus respectivas comunidades atraviesan.

Al hablar de las singularidades de una herramienta, la cámara, los originarios coincidieron en definirla como "un arma que hasta ahora se usó contra nosotros, ajena" por lo cual consideran de importancia política estratégica la apropiación de un recurso que les permite llegar, como nunca antes en la historia, a todo el mundo.

"Nosotros queríamos contar nuestras historias pero no sabíamos cómo", destacó al inicio Ipamo, del colectivo CEFREC, Centro de Formación y realización Cinematográfica de Bolivia, creado en 1996 por los monkoka, más conocidos como chiquitanos. "Chiquitanos nos dicen los ayoreos y los guaraníes", ilustró el inquieto realizador.


Después detalló el proceso de aprendizaje "la formación técnica es importante y básica. Sin eso no se puede seguir con la producción de, en nuestro caso, mitos e historias. Mi primer guión fue `El Cazador´ en el que planteamos que no se caza para acumular ni para comercio" recordando de paso pilares básicos de la cosmovisión indígena.

"¡Nos encanta hacer ficciones! pero poco documental porque a nuestra gente le resulta muy pesado, se dormían, mientras que a las ficciones las disfrutan" contó Ipamo al detallar las reacciones de las comunidades ubicadas en Santa Cruz de la Sierra, en el este boliviano.

Ipamo contó que el bautismo de fuego fue durante la Asamblea Constituyente de Bolivia en el 2005 y que en los primeros tiempos los cronistas planteaban sus dificultades emocionales "no me atienden, me da verguenza..pero con el tiempo ganamos en autoestima para hacer el trabajo. También recibíamos miradas de dudas `¿sabrán entrevistarnos?¿editarán correctamente?´".

Por su parte Yallico de nacionalidad quichua y del pueblo waranka de Ecuador, integrante de Corporación de Productores Audiovisuales de las Nacionalidades y Pueblos (Corpanp) un colectivo de comunicación creado por la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) dijo "esta güagüa (por el colectivo de comunicación) nació hace cuatro años. Los dirigentes nos convocaron a jóvenes de diferentes pueblos a hacer algo y surgió organizarnos para esto".

Patricia agregó que el colectivo "dirigido por y con mayoría de mujeres trae algo adicional, otra mirada , otro sentir, ni mejor ni peor. Le pusimos corazón, cuerpo y voluntad.  Y sin dinero, seguimos sin dinero, siempre estamos sin dinero", graficó la realizadora en una suerte de crescendo que provocó risas en el auditorio del Bauen.


En tanto Viyén Leiva, contó que la experiencia de las innumerables comunidades qom empezó por la radio, por el ejercicio de tomar contacto con un microfóno, hacer un reportaje y transmitirlo. Hasta relató las impresiones de su abuela cuando él, hace unos años se inició como cronista radial.


"Antes del 2000 no podíamos hablar en qom por la radio" puso como ejemplo al resaltar, como contrapartida, el enorme papel que los pueblos indígenas cumplieron durante los debates por la Ley de Comunicación Audiovisual.

También contó las movilizaciones de los qom, los wichí y los mocoví en su provincia y las expectativas abiertas ante este lenguaje del que, dijo, "sin dudas nos vamos a apropiar"



                                                                               Foto: El qom Viyén Leiva, la quichua Patricia Yallico y el chiquitano Nicolás Ipamo.

FUENTE: Télam
.