Púlsar, 14 de junio, 2013.-
La iniciativa fue aprobada este viernes por una gran mayoría de los 135
legisladores ecuatorianos presentes. La ley obtuvo 108 votos a favor, recibió
26 votos en contra y solo una abstención. La Ley de Comunicación pasará ahora a
manos del presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien será el encargado de
promulgarla.
La ley establece una nueva
distribución de frecuencias y licencias de radio y televisión. Concederá 34 por
ciento de las frecuencias para los medios comunitarios, 33 por ciento para el
sector público y 33 por ciento los privados con fines de lucro.
La ley también crea una
Superintendencia de Información y Comunicación que realizará auditorías y
aplicará sanciones económicas y administrativas. También establecerá la
responsabilidad civil y penal a los periodistas que difundan informaciones que
lesionen los derechos de las personas.
Por ejemplo, la ley sanciona
la figura del “linchamiento mediático”, es decir, cuando un medio de
comunicación publica de manera constante una serie de informaciones con el fin
de desprestigiar a las personas físicas o jurídicas.
Uno de los congresistas oficialistas
que promovió la ley, Mauro Andino, argumentó ante el congreso que la Ley de
Comunicación es una “ley que se construye a partir de un enfoque de derechos
para todos, no para un grupo de privilegiados”, señaló.
“Nunca más al monopolio, a
la concentración de los medios de comunicación en pocas manos”, señaló Andino.
El congresista Virgilio
Hernández también apoyó la aprobación de la ley y explicó que “no es contra los
medios, sus propietarios o los comunicadores. Es a favor de los ciudadanos y
sus derechos, y busca que se informe adecuadamente”, afirmó.
Los principales críticos de
la Ley de Comunicación han denunciado que la norma no es democrática y es una
“mordaza” a la libertad de expresión.
La parlamentaria
oficialista, María Augusta Calle, defendió la aprobación de la ley y destacó
que fue construida con múltiples voces que tuvieron las posibilidades de
expresar sus opiniones.