lunes, 24 de junio de 2013

Reforma en telecom: de la ley al hecho hay mucho trecho

México, DF. En el caso de Argentina antes y después del estallido social del 2001, surgieron nuevos medios de comunicación alternativa con la consigna de ser autónomos, autogestivos y de tendencia anticapitalista. En 2002 estos colectivos decidieron organizarse en un Foro de Medios Alternativos, Fodema y en 2004 dieron un paso importante en su organización y articulación de luchas en la conformación de la Red Nacional de Medios Alternativos.
De forma asamblearia decidieron cuáles serían sus principales objetivos como red: acordaron articularse con los movimientos sociales; plantear otras formas de ejercer la comunicación diferenciándose de la lógica que rige a los medios privados; democratizar la palabra; discutir los conceptos de la alternatividad y comunicación alternativa, así como exigir la derogación de la Ley de Radiodifusión 22.285.
En el contexto del anuncio de una nueva Ley de Medios, impulsada en marzo del 2009 por Cristina Fernández de Kirchner, la presidenta enfatizó que el Anteproyecto de LSCA 26.522 sería discutido por diversos integrantes de la sociedad civil en todo el país a través de Foros Públicos.
Este tipo de convocatoria significó un momento clave y trascendental en la lucha por la democratización de los medios de comunicación en Argentina, por el hecho de hacer partícipe a la sociedad civil.
En el contenido de la nueva ley encontramos la limitación a titulares o concesionarios que excedan el número de licencias (Art. 45) y el plan de Adecuación (Art. 161); la reserva del 33 por ciento del espectro radioeléctrico para las organizaciones sin fines de lucro (Art. 89), entre otros.
La RNMA y otras organizaciones como AMARC, FARCO, Asociación de Frecuencia Modulada, Entre Ríos, Noticiero Popular y Radio UTN participaron y presentaron sus propuestas para el anteproyecto. Dentro de sus alcances lograron cambios significativos en el artículo 4°, que implicó la modificación de la definición de las emisoras comunitarias. Hay que recalcar que en un principio, la definición “emisoras comunitarias” era para las de baja potencia, por abarcar sólo 1 km.
El caso de la RNMA es el de una de las luchas que se dieron en Argentina para la democratización de los medios, pues también encontramos a la Coalición por una Radiodifusión Democrática, AMARC Argentina, FARCO (Foro Argentino de Radios Comunitarias), pueblos originarios, entre otras. Al punto que quiero llegar es que cuando se abre el debate por una nueva Ley de Medios, hubo diversidad de actores como académicos, intelectuales, estudiantes, organizaciones de derechos humanos, radios y tv comunitarias, así como medios alternativos organizados desde décadas atrás, con diversas posturas que enriquecieron el debate.
En México el contexto es muy diferente al caso argentino. Sin embargo, hay un denominador común: la concentración de medios. Hace 30 años, un grupo muy reducido que abarcaba especialistas, académicos, periodistas, activistas y legisladores comprometidos fueron los primeros en denunciar las perversiones de la televisión mexicana; posteriormente y ya entrada la primera década del siglo XXI, los estudios y análisis de la AMEDI denunciaron los niveles vergonzosos de concentración en manos de Televisa y Tv Azteca, situación poco visible para el resto de la sociedad.
Otro factor que provocó que esta demanda no se exteriorizara fue que esta problemática no tenía fuerza en los distintos círculos de las izquierdas. Fue un tema marginal que no generó la alarma necesaria para convertirse en una causa que pudiera ser enarbolada.
En el contexto de su reciente promulgación, la reforma en Telecomunicaciones, Radiodifusión y Competencia Económica surgida del Pacto por México es en buena medida producto de toda la movilización social y la presión que hubo durante el proceso electoral del 2012. Lamentablemente, el ambiente en el que se da la discusión nada tiene que ver con la experiencia argentina.
El proceso de discusión de la Reforma de Telecomunicaciones del Pacto por México fue vertical y estuvo a punto de dejar fuera a las voces que por décadas llevaban luchando por la democratización de los medios. Esta situación parecía irreversible, hasta que en la Cámara de Senadores algunos legisladores manifestaron mayor sensibilidad en el tema y convocaron a Foros Públicos para escuchar a especialistas y académicos en el tema. Es ahí donde la Mesa de Democratización de Medios del #Yosoy132, junto con AMARC México y el CNCI (Congreso Nacional de Comunicación Indígena) dimos una batalla campal para que se incluyera el reconocimiento de las radios comunitarias y se retomaran nuestras propuestas planteadas en la Reforma Constitucional del #Yosoy132.
Como jóvenes nos dimos cuenta que nuestro sistema político no nos permite tener injerencia en los asuntos de interés nacional, que nuestras demandas por mucho eco que tengan, si no son materializadas en propuestas corren el riesgo de perderse. Y cuando decidimos materializarlas en lo que corresponde a nuestra Reforma Constitucional, padecimos cerco informativo.

Si bien es cierto que ya tenemos leyes o reformas constitucionales en la materia y que su objetivo es limitar la concentración y abrir más espacios para nuevos medios de comunicación, para que exista la pluralidad de ideas y diversidad en los contenidos, también es importante tener en cuenta que estos procesos no deben abandonarse, dado que es cuando más presencia deben tener los actores involucrados para insistir en la ejecución de políticas públicas que se encarguen de dar viabilidad a aquellas victorias logradas para hacer frente y dar discusión sobre los tópicos que no quedaron plasmados.
Por: Mireille Campos Arzeta, La Jornada