lunes, 28 de octubre de 2013

Pueblos indígenas demandan espacios comunicativos que incorporen su cosmovisión

En Latacunga, capital de la provincia de Cotopaxi, la antena de TV MICC está ubicada al lado de la del canal del Estado ecuatoriano. Es una victoria simbólica del primer canal televisivo de habla kichwa en Ecuador, nacido en el 2009 por iniciativa del Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC) y que en cuatro años ha logrado ser el segundo en audiencia en esta céntrica provincia de unos 600,000 habitantes.
Este canal, que supo imponerse frente a las emisoras comerciales y del Estado hasta obligarlas a cambiar sus agendas y programaciones, no sólo ha logrado victorias simbólicas.
“Al principio nos discriminaban como ´el canal de los indios´, luego empezaron a preocuparse porque tenemos un producto de calidad, con una señal buena y una buena recepción de parte de la gente”, relata a Noticias Aliadas José Venegas, comunicador del MICC. “Pensaban que como es un canal indígena iban a pasar programas indígenas todo el día, mientras que tenemos un noticiero en kichwa y uno en español, programas musicales y culturales, documentales y reportajes que los otros canales no te van a dar, cinema alternativo latinoamericano, europeo y estadounidense para que la gente piense de otra forma. Vinculamos también a la población mestiza y creemos que no tenemos que quedarnos chiquitos sólo porque somos un canal indígena”.
Una de las tareas de los medios indígenas es rescatar la imagen de los pueblos originarios e informar sobre su cultura y sus luchas, y sobre los proyectos gubernamentales que afectan a sus territorios.
Se trata entonces de denunciar hacia afuera, sin dejar de comunicar hacia adentro, utilizando las lenguas originarias que reflejen la cosmovisión indígena. Estos medios deben reforzar los procesos organizativos y la cohesión e identidad indígena, promoviendo el Buen Vivir y combatiendo el neocolonialismo, el racismo y el patriarcado.
El rol de la mujer en los medios indígenas y comunitarios se va fortaleciendo, a la vez que son espacios para la formación y empoderamiento de las mujeres.
“Durante una marcha de tres semanas que organizamos [en Bolivia] en 1996, yo era la única mujer comunicadora, pero ahora la situación cambió”, afirma Susana Pacara, de la radio boliviana Alter-Nativa Lachiwana, en Cochabamba.
De hecho, según relata Yolanda Pilar Coque, presidenta de la Red Quechua Nacional, que agrupa a radios y productoras ubicadas en localidades quechuas de Bolivia, “en este momento en el país hay más mujeres trabajando en radios que hombres”.

Autonomía en las comunicaciones
Estas y otras experiencias se presentaron durante la II Cumbre Continental de Comunicación Indígena del Abya Yala, llevada a cabo en Santa María Tlahuitoltepec, México, del 7 al 13 de octubre. En este frío pueblo de la sierra norte del sureño estado de Oaxaca, se reunieron unos 1,700 comunicadores y comunicadoras indígenas procedentes de diversos países del continente americano, denominado Abya Yala por el pueblo Kuna de Colombia y Panamá, cuyo uso se ha generalizado en el movimiento indígena del continente.
El evento se celebró en cumplimiento del mandato de la IV Cumbre Continental de Pueblos Indígenas de Puno, Perú, en el 2009, y de la I Cumbre Continental de Comunicación Indígena, en La María Piendamó, Cauca, Colombia, en el 2010.
El tema de la autonomía de la comunicación indígena frente a los gobiernos fue uno de los más debatidos este año. Las opiniones se dividieron entre quienes consideran posible recibir financiamiento público sin que éste afecte a la autonomía del medio, aquellas personas que creen que es imposible mantener la autonomía si se acepta dinero por parte del Estado, y las que piensan que sí hay que aceptar financiamiento público, pero no por parte de todas las instancias gubernamentales y sólo bajo algunas condiciones.
La declaración final demandó a los Estados “reconocer y respetar el derecho a la comunicación de los pueblos indígenas, mediante reformas legislativas y reglamentación de normas y diseño de políticas públicas emanadas desde los pueblos, que nos garanticen la sostenibilidad, la posesión y dirección propia de nuestros medios de comunicación y a las nuevas tecnologías, el acceso a los medios masivos, destinando presupuestos suficientes para el ejercicio de este derecho”, así como incluir “el espectro electromagnético como un bien común cuya distribución debe otorgar el 33% del espectro radioeléctrico nacional en todos los países, así como asegurar la asignación de frecuencias derivadas de la transición digital”.

Plataforma multimedia
Los participantes aprobaron “operativizar la Plataforma Multimedia de Comunicación Indígena del Abya Yala, como herramienta de articulación de los procesos de comunicación indígena que se viven en el continente, permitiendo que por este medio las y los comunicadores indígenas, las organizaciones de nuestros pueblos y colectivos de comunicación indígena puedan acceder a información, documentos, materiales además de ser espacio de socialización de nuestros procesos, denuncias, intercambio de experiencias, formación y capacitación, escenario de trabajo articulado, sitio oficial para convocar las Cumbres de Comunicación Indígena y para publicar sus respectivas declaraciones y memorias”.
 Asimismo, acordaron avanzar en la consolidación de la Escuela Itinerante Continental de la Comunicación Indígena que permita la formación de comunicadores indígenas en sus lugares de origen.
“Los medios indígenas son una preocupación para los gobiernos, y aun más en un espacio internacional como este”, relata a Noticias Aliadas Liliana Pachana Moila, indígena colombiana del pueblo Misak, que trabaja en la creación de contenidos pedagógicos para las radios. “Esta II Cumbre Continental de Comunicación Indígena es muy importante porque nos permite fortalecer nuestra red de mutuo apoyo, de forma que podamos hacer presión internacional”.
La violencia de las empresas y la represión de los gobiernos hace muy peligroso el trabajo de quienes laboran en la comunicación comunitaria, sobre todo en países como México, Colombia y Honduras, donde se registran muchas denuncia por parte de los comunicadores indígenas.

Según Wilma Calderón, de la organización Moskitia Asla Tananka (MASTA), que agrupa al pueblo miskito en Honduras, “los pueblos lenca y garífuna trabajan muy de lleno en lo que son las radios comunitarias y han tenido una fuerte represión por parte del gobierno. Les tienen miedo porque las radios pasan la información real sobre lo que está sucediendo en el país”.

Por: Orsetta Bellani
Fuente: Noticias Aliadas