En Latacunga, capital de la
provincia de Cotopaxi, la antena de TV MICC está ubicada al lado de la del
canal del Estado ecuatoriano. Es una victoria simbólica del primer canal televisivo
de habla kichwa en Ecuador, nacido en el 2009 por iniciativa del Movimiento
Indígena y Campesino de Cotopaxi (MICC) y que en cuatro años ha logrado ser el
segundo en audiencia en esta céntrica provincia de unos 600,000 habitantes.
Este canal, que supo
imponerse frente a las emisoras comerciales y del Estado hasta obligarlas a
cambiar sus agendas y programaciones, no sólo ha logrado victorias simbólicas.
“Al principio nos
discriminaban como ´el canal de los indios´, luego empezaron a preocuparse
porque tenemos un producto de calidad, con una señal buena y una buena
recepción de parte de la gente”, relata a Noticias Aliadas José Venegas,
comunicador del MICC. “Pensaban que como es un canal indígena iban a pasar
programas indígenas todo el día, mientras que tenemos un noticiero en kichwa y
uno en español, programas musicales y culturales, documentales y reportajes que
los otros canales no te van a dar, cinema alternativo latinoamericano, europeo
y estadounidense para que la gente piense de otra forma. Vinculamos también a
la población mestiza y creemos que no tenemos que quedarnos chiquitos sólo
porque somos un canal indígena”.
Una de las tareas de los
medios indígenas es rescatar la imagen de los pueblos originarios e informar
sobre su cultura y sus luchas, y sobre los proyectos gubernamentales que
afectan a sus territorios.
Se trata entonces de
denunciar hacia afuera, sin dejar de comunicar hacia adentro, utilizando las
lenguas originarias que reflejen la cosmovisión indígena. Estos medios deben
reforzar los procesos organizativos y la cohesión e identidad indígena,
promoviendo el Buen Vivir y combatiendo el neocolonialismo, el racismo y el
patriarcado.
El rol de la mujer en los
medios indígenas y comunitarios se va fortaleciendo, a la vez que son espacios
para la formación y empoderamiento de las mujeres.
“Durante una marcha de tres
semanas que organizamos [en Bolivia] en 1996, yo era la única mujer
comunicadora, pero ahora la situación cambió”, afirma Susana Pacara, de la
radio boliviana Alter-Nativa Lachiwana, en Cochabamba.
De hecho, según relata
Yolanda Pilar Coque, presidenta de la Red Quechua Nacional, que agrupa a radios
y productoras ubicadas en localidades quechuas de Bolivia, “en este momento en
el país hay más mujeres trabajando en radios que hombres”.
Autonomía
en las comunicaciones
Estas y otras experiencias
se presentaron durante la II Cumbre Continental de Comunicación Indígena del
Abya Yala, llevada a cabo en Santa María Tlahuitoltepec, México, del 7 al 13 de
octubre. En este frío pueblo de la sierra norte del sureño estado de Oaxaca, se
reunieron unos 1,700 comunicadores y comunicadoras indígenas procedentes de
diversos países del continente americano, denominado Abya Yala por el pueblo
Kuna de Colombia y Panamá, cuyo uso se ha generalizado en el movimiento
indígena del continente.
El evento se celebró en
cumplimiento del mandato de la IV Cumbre Continental de Pueblos Indígenas de
Puno, Perú, en el 2009, y de la I Cumbre Continental de Comunicación Indígena,
en La María Piendamó, Cauca, Colombia, en el 2010.
El tema de la autonomía de
la comunicación indígena frente a los gobiernos fue uno de los más debatidos
este año. Las opiniones se dividieron entre quienes consideran posible recibir
financiamiento público sin que éste afecte a la autonomía del medio, aquellas
personas que creen que es imposible mantener la autonomía si se acepta dinero
por parte del Estado, y las que piensan que sí hay que aceptar financiamiento
público, pero no por parte de todas las instancias gubernamentales y sólo bajo
algunas condiciones.
La declaración final demandó
a los Estados “reconocer y respetar el derecho a la comunicación de los pueblos
indígenas, mediante reformas legislativas y reglamentación de normas y diseño
de políticas públicas emanadas desde los pueblos, que nos garanticen la
sostenibilidad, la posesión y dirección propia de nuestros medios de
comunicación y a las nuevas tecnologías, el acceso a los medios masivos,
destinando presupuestos suficientes para el ejercicio de este derecho”, así
como incluir “el espectro electromagnético como un bien común cuya distribución
debe otorgar el 33% del espectro radioeléctrico nacional en todos los países,
así como asegurar la asignación de frecuencias derivadas de la transición
digital”.
Plataforma
multimedia
Los participantes aprobaron
“operativizar la Plataforma Multimedia de Comunicación Indígena del Abya Yala,
como herramienta de articulación de los procesos de comunicación indígena que
se viven en el continente, permitiendo que por este medio las y los
comunicadores indígenas, las organizaciones de nuestros pueblos y colectivos de
comunicación indígena puedan acceder a información, documentos, materiales
además de ser espacio de socialización de nuestros procesos, denuncias, intercambio
de experiencias, formación y capacitación, escenario de trabajo articulado,
sitio oficial para convocar las Cumbres de Comunicación Indígena y para
publicar sus respectivas declaraciones y memorias”.
Asimismo, acordaron avanzar
en la consolidación de la Escuela Itinerante Continental de la Comunicación
Indígena que permita la formación de comunicadores indígenas en sus lugares de
origen.
“Los medios indígenas son
una preocupación para los gobiernos, y aun más en un espacio internacional como
este”, relata a Noticias Aliadas Liliana Pachana Moila, indígena colombiana del
pueblo Misak, que trabaja en la creación de contenidos pedagógicos para las
radios. “Esta II Cumbre Continental de Comunicación Indígena es muy importante
porque nos permite fortalecer nuestra red de mutuo apoyo, de forma que podamos
hacer presión internacional”.
La violencia de las empresas
y la represión de los gobiernos hace muy peligroso el trabajo de quienes
laboran en la comunicación comunitaria, sobre todo en países como México,
Colombia y Honduras, donde se registran muchas denuncia por parte de los
comunicadores indígenas.
Según Wilma Calderón, de la
organización Moskitia Asla Tananka (MASTA), que agrupa al pueblo miskito en
Honduras, “los pueblos lenca y garífuna trabajan muy de lleno en lo que son las
radios comunitarias y han tenido una fuerte represión por parte del gobierno.
Les tienen miedo porque las radios pasan la información real sobre lo que está
sucediendo en el país”.
Por: Orsetta Bellani
Fuente: Noticias Aliadas