lunes, 15 de junio de 2009

AFRONTAN COMUNIDADES INDÍGENAS EL ASALTO A SUS TERRITORIOS

*Advirtió el director del Programa Universitario México Nación Multicultural de la UNAM, José del Val Blanco
*Se observan grandes programas de desarrollo, para AL y la región norte, que no toman a estos segmentos como elementos constitutivos del progreso, dijo.
*Los medios de comunicación, locales, comunitarios o con un alcance restringido, hostigados o impedidos para florecer, señaló la periodista Carmen Aristegui

Las comunidades indígenas de México y de América Latina (AL) afrontan el asalto definitivo a sus territorios por parte del capital internacional, uno de los retos más complicados del siglo pasado y del actual, advirtió el director del Programa Universitario México Nación Multicultural (PUMC) de la UNAM, José del Val Blanco.

En el mundo contemporáneo, agregó, se observan enormes programas de desarrollo, para AL y la región norte, como el Plan Puebla Panamá (PPP) y la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) en la zona sur. Ambos representan el interés estratégico de ocupar las tierras de las poblaciones autóctonas, para hacerse de sus recursos.

Al participar en la videoconferencia El derecho de las audiencias, a cargo de la periodista Carmen Aristegui, Del Val consideró que uno de los problemas que presentan esas iniciativas es que a esos segmentos no se les ha tomado como elementos constitutivos del progreso.

En la sala Isabel y Ricardo Pozas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, refirió que los pueblos indígenas no requieren ayuda asistencial, sino respeto a las riquezas, valorización del trabajo y de los recursos efectivos, porque más del 30 por ciento del territorio está en posesión de estas comunidades y del campesinado nacional.

Bajo este panorama, la tarea de los comunicadores indígenas, aseveró Del Val, es fundamental. Tanto el PPP como el IIRSA se impondrán de manera brutal en los próximos 20 o 25 años, y si actúan como lo han hecho, en el futuro se verificará el despojo definitivo de territorios y recursos.

Por ello, añadió, es importante el vínculo entre las universidades y los pueblos autóctonos, con el fin de capacitar a los cuadros para estar preparados y hacer el diagnóstico sobre las riquezas existentes.

En este sentido, explicó que el comunicador indígena tiene una doble vertiente; por un lado, informa a la comunidad sobre lo que ocurre en el mundo y, por el otro, entera al orbe de cuanto acontece en su espacio, es decir, lleva los pueblos al resto de la sociedad y viceversa.

Por su parte, Carmen Aristegui, conductora del programa Aristegui de CNN en español, comentó que en la actualidad los medios de comunicación, locales, comunitarios o con un alcance restringido, son si no hostigados sí impedidos de florecer como debieran.

El tema de la radio comunitaria ha vivido “una satanización feroz”. En el país, muchas personas creen que son propias de los guerrilleros y, por lo tanto, no deben permitirse sus emisiones. No sólo no se reconoce el valor y la significación para las comunidades, sino que hay un prejuicio sobre ellas.

Las que operan, recalcó, padecen las dificultades propias de la falta de recursos y de lo que significa mantenerlas aún en las condiciones más precarias, que implica recursos para los pobladores, escaso apoyo y una fuerte presión del resto de la estructura mediática.
En el país no se han definido todavía las grandes líneas de la sociedad de la información, que le permitan a los mexicanos disponer de las tecnologías y los avances, pero tampoco la particularidad que pudieran tener los medios en las comunidades indígenas.

De esa forma, acotó la periodista egresada de la UNAM, México no puede decir que vive una vida democrática porque no tiene resueltos los principales asuntos en materia de comunicación, porque “no puede haber una democracia a plenitud si no hay un sistema de medios que empate con las cuestiones democráticas”, concluyó.